viernes, 20 de abril de 2007

A mi querida Pocahontas


Eres más tierna que el olor de un bebé, pues llenas con tu alegría trozos de mis espiritu a veces cansado y otras veces entristecido; eres una dosis de sentimientos y satisfacción por tener cerca una amiga y oyente de tus características. Por otro lado, mi deber de amigo es el de amonestarte con dulzura, pues de otra manera me sería imposible, porque tus locuaces observaciones pueden levantar el recelo de la o las personas a quienes van dirigidas. Aunque he de reconocer, que nuestra Guerrero Luna no solo parece una conejito de Playboy, sino que me atrevo a afirmar que en estos tiempos que corren y ya recuperada de su enfermedad, nuestra querida Guerrero desborda brillo y senualidad, dignas de toda una Conejita Playboy; libre de compromisos y llena de vitalidad creo que será capaz de atraer la atención, la mirada y los piropos más selectos que se le puedan decir a una dama de semejantes cualidades y naturaleza.


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